Voces de la vendimia móvil e inmóvil de la Ciudad de México


Tomar el Sistema de Transporte Colectivo Metro en la Línea 2 desde la Terminal Taxqueña hasta la estación Zócalo significa subirse a un mercado móvil y anaranjado de música pirata y productos diversos que representan oportunidades únicas y con suerte auténticas gangas. Como muchas otras partes de la Ciudad de México, el Metro se ha convertido en un espacio para la vendimia legal e ilegal. Esta última la representan los cientos de vendedores que van de vagón en vagón utilizando su voz o un cd-player para dar a conocer los productos que venden, sabedores de que en cualquier momento pueden ser interceptados por inspectores que prohíben sus actividades, mientras que la legal se observa en estaciones como Hidalgo y Chapultepec, donde las autoridades han habilitado auténticos pasillos comerciales en los que se pueden adquirir discos, libros, ropa y alimentos. Aunque en esos lugares subterráneos lo que domina es el murmullo apresurado de los pasajeros y su incansable taconeo, los vendedores creativos no han dejado de hacer esfuerzos para atraer clientes por medio de su voz, con la cual articulan frases atrayentes, monótonas e hipnóticas. Después de tan contradictoria experiencia, lo siguiente es dirigirse a la superficie y enfrentarse a una nueva barahúnda.

La calle de Corregidora se encuentra a sólo unos cuantos pasos de Palacio Nacional, y aunque la Jefatura de Gobierno prometió a la ciudad que esa vialidad no volvería a ser ocupada por los vendedores ambulantes, resulta imposible no notar que se trata de una de esas promesas que jamás se cumplirán. O bueno, que se cumple con conveniente intermitencia y ofreciendo buenos dividendos a los cínicos policías y funcionarios encargados del desalojo anunciado. Bajo estas circunstancias, ese inmenso mercado debe desaparecer una o dos veces al día aunque sea durante cinco minutos. En medio del escándalo de los vendedores, de pronto se escuchan silbidos idénticos en distintos puntos de la calle, señal con la cual inicia el éxodo instantáneo de los ofertantes o la ridícula acción de tapar la mercancía con una tela, misma que tiene la virtud de volverla invisible para la genérica estulticia (sinónimo de imbecilidad que con suerte ofenderá menos) de los policías montados en camionetas y armados con toletes y chalecos blindados. Pero la calle vacía tarda pocos minutos en volverse a nutrir de mercaderías y voces insistentes. Los ambulantes sólo debieron esperar escondidos en otras calles y callejones a que sus omnipotentes líderes y checadores cooperaran con las autoridades, quienes reciben dinero a la vista de quien lo desee y con estrepitoso descaro.


Vuelta la normalidad, sólo queda disfrutar de ese circo de las ventas que es el Centro Histórico gracias a la impunidad y el cohecho. Las siguientes líneas dan cuenta de las ingeniosas y envolventes voces de los vendedores en una caminata a pie que comenzó a las 12:15 p.m. de un sábado de octubre de 2006 siguiendo el trayecto de las calles de Corregidora, Correo mayor, Emiliano Zapata, Moneda, Academia y Seminario. Las frases fueron transcritas textualmente en casi todos los casos y son muestra del humor, las facultades poéticas, el sarcasmo y la compleja mercadotecnia de nuestros esforzados vendedores callejeros. Todo un espacio para disfrutar de la verdadera Ciudad de México:

¡Bara-bara, bara-baraaa! ¡Sopa de letras, cinco pesos, mire, de a cinco las sopas pa que no se aburra! ¡Seis tacos cinco pesos, tacototoootes, seis por cinco! ¡Llévate el rompope, son de rompope las congeladas! ¡Bolsa tejida, bolsa de moda, diez pesos! ¡Órale gente, aistá la chamarra de treinta pesos, toda la chamarra se van de a treinta! ¡De tres pesos se va la bolita para el pelo! ¡Órale gente ahí está el paraguas de a veinte y veinticinco! ¡Tres películas quince varos! ¡A tres varos carritos de fricción! ¡A veinticinco la blusa, güerita, llévala, veinticinco! ¡Todo parejo jefe, aproveche, todo de a diez! ¡A treinta le voy a rematar la funda para su lavadora! ¡…Primero aplicas la gomita sobre la superficie del cuaderno, mira, luego le frotas bien tu revista favorita, tu periódico, y ahí queda calcado, igualito…! ¡Bara, bara, bara barilla por esta orilla! ¡Cincuenta varitas de incienso, diez pesos! ¡Pura película de estreno, le valen diez varos! ¡Cinco pesos los delantales, ire güerita, ire! ¡Tallas y colores, tallas y colores, güera, tangas y bikinis, qué le damos! ¡Puras educativas de a diez pesos! ¡Son baratas las brujas, de a diez, las brujitas de a diez varos! ¡Son de a diez, pura película para adulto, diez varos! ¡A peso, a peso, a peso, gente, oye, oye, oye, mira, de a peso los llaveros! ¡Dos en veinte, calcetas, dos pares veinte! ¡Furor Furor a cien, pantalón de mezclilla Furor a cien! ¡Bien helodia la cerveza, se la doy pa que se la vaya tomando! ¡De veinticinco la faldita de moda, escójala! ¡Veinte veinte veinte la playera de veinte! ¡Pura moda, pura moda, métale mano a la baratota, oiga! ¡Conjunto barato, conjunto barato, conjunto barato, mire! ¡Toda la ropa a treinta, todo se remata de este lado, órale güera! ¡Lleve la tapa del microondas, mire! ¡Chaleco bara-bara, ire, es el de moda, es el de novedad, gente, pásele, treinta y cinco varos, gente! ¡Pura moda, gente, puro lente con protección solar, se van a diez! ¡Para rallar la fruta, güera, llévelo! ¡Compre y haga negocio, mire, puro monedero de novedad, mire, cinco y diez varos, gente! ¡Tres por diez Yakult, Yakult! ¡Qué te doy, qué te doy, qué te doy, agárrele, agárrele, agárrele seño! ¡Se lleva el ahorro, güera, se lleva el ahorro! ¡Para un callo, para un mezquino, para un hongo de la uña, para reumas, para calambres, pa la torcedura, pal ojo de pescado! ¡Puro relojito de moda, de novedad, a prueba de agua! ¡Barato, barato, una ranita, una figura para la suerte, levántele sin compromiso! ¡Llévate tres encendedores cinco pesos! ¡Alicatas, cortauñas, pilas, pegamento tipo kola-loka, tijeras, estuches, qué le damos! ¡A diez el zacate para baño! ¡Todo por acá es robado, gente, por eso damos barato! ¡Lleve la mariposa pa sus aretes! ¡Veinte veinte veinte pesitos, veinte varitos toda la bolsa! ¡Treinta y cinco la bolsa, patrón! ¡Todo se remata, mire, todo se malbarata! ¡Veinticinco agujas por tres pesos! ¡Cepillo pa la pelusa, a diez, a diez! ¡Tela adhesiva, Micropor para cortadas, heridas, señora, algo por ahí, caballero! ¡Concha nácar, mire, para barritos, para manchas, cura las manchas, quita las cicatrices! ¡Lotería, dominó, de a diez, de a diez varos! ¡Cuadro de moda, cuadro de novedad, págueme de a quince varos! ¡Tres toallas cien pesos, tres por cien! ¡Tacos, tacos, tacos, platicando y trabajando! ¡De una vez, galán, pruébalos, acá están los tacos, pídelos, de puerquito, tres varos, tres pesitos...!

Alberto Peralta de Legarreta

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