arte y aleatoriedad

eugenio tisselli

MIDIPoet : Un instrumento para componer e interpretar obras visuales
en el ordenador utilizando técnicas aleatorias.

I. Composición

Llamamos composición tanto al proceso como al resultado de la estructuración de una obra. Cuando hablamos de una composición musical, por ejemplo, generalmente estamos hablando de una obra terminada, o al menos en un estado audible, construida siguiendo una serie de reglas en torno a las cuales podrá existir consenso o no, pero que de cualquier forma rigen la disposición de los elementos que forman la obra. Al escuchar la evidencia final, las reglas no siempre son aparentes; en una obra musical el proceso de composición queda semi-oculto detrás del velo del sonido que escuchamos. Sabemos que una pieza ha sido compuesta, pero el método es un misterio. Existen, claro está, métodos tradicionales que se han reproducido a lo largo de los siglos y que han logrado un nivel de consenso mundial gracias a su extensa utilización, tal es el caso de la composición de la llamada música clásica, en la que existe un lenguaje bastante desarrollado que permite seguir hasta el último detalle el transcurso de una obra. Estos métodos, con sus respectivos elementos han seguido vigentes hasta nuestros días; sin embargo, trazan un camino demasiado estrecho para las aspiraciones contemporáneas. No es posible decir algo nuevo utilizando las mismas herramientas de composición que utilizaron los clásicos. No se va a discutir aquí si el punto de partida del arte tenga que ser o no la ruptura con las estructuras e instituciones establecidas, pero se parte de la premisa de que el arte alcanza su máximo potencial liberador cuando aporta elementos para la interpretación del mundo; no del mundo pasado, sino del mundo actual.

II. Aleatoriedad

Caos es una palabra mencionada muy a menudo cuando se describe el mundo actual. En ocasiones se utiliza en un sentido negativo, reflejando un sentimiento de impotencia ante el vértigo de impulsos que sucede a nuestro alrededor. Sin embargo, el concepto caos, incrustado en nuestro discurso cotidiano gracias a las investigaciones científicas sobre la incertidumbre y la variabilidad impredecible de los sistemas no lineales, ha surgido también en el seno del arte contemporáneo como un concepto liberador. La aleatoriedad, entendida como simulación de comportamientos caóticos, ha sido descubierta y utilizada como una herramienta que permite dejar de lado el ego o voluntad durante el proceso de creación artística. Es tal vez John Cage el artista que por primera vez logró un nivel importante de consciencia sobre el papel de la aleatoriedad en el proceso de composición. Al hablar sobre su método de composición musical, que involucraba operaciones aleatorias, Cage dice: La verdadera disciplina no es aprender con el fin de dejar de lado, sino más bien con el fin de dejarse de lado a uno mismo (John Cage, Entrevista a John Cage, Richard Kostelanetz, Anagrama, 1970, p. 25) Dejarse de lado a uno mismo, para que la presencia del autor en la obra sea invisible, y los sonidos sean ellos mismos. Citando a Buckminster Fuller, Cage explica que la idea general de fijar las cosas es ya una idea innecesaria. Podemos decir que la aleatoriedad en el arte no es algo nuevo; Platón expresaba ya su concepto de belleza como la unión de orden y caos. Sin embargo, la aleatoriedad no había tomado un papel central en la composición e interpretación de obras antes de Cage.

III. Composición e interpretación colectiva

Dejarse de lado a uno mismo implica abrir espacios en una obra. Estos desplazamientos son necesarios cuando se crea una obra en colectivo, sobre todo cuando se tiene claro que en una verdadera creación conjunta las nociones de jerarquía se han de desechar. Se aceptan las colaboraciones de todos como partes equivalentes. El uso de métodos aleatorios en la composición y creación de obras es una forma de creación colectiva, en donde las actitudes a asumir son las mismas; solo que en este caso, estamos creando una obra en colaboración con un fantasma. Sin caer en un misticismo barato, la aleatoriedad puede tomarse como el input artístico de un ente invisible y desconocido, cuyas aportaciones han de aceptarse tal cual. Quien usa la aleatoriedad al componer y/o interpretar se convierte en un canal, o mejor dicho, en un medium, entre lo que potencialmente existe y lo que al final se ha de plasmar en un trabajo.

IV. Obras interactivas

Los nuevos medios, específicamente los medio digitales, permiten modificar el lenguaje de la creación artística, y pensar en obras interactivas en las que se supera la pasividad del espectador involucrándolo como elemento fundamental de la obra misma. En una pieza interactiva tradicional, por ejemplo un CD-ROM, la interacción se da entre el usuario y los contenidos fijados por el autor; algo muy similar a leer un libro. En una pieza interactiva aleatoria, la interacción sería una danza de la persona o personas que experimentan la obra con el fantasma de la aleatoriedad.

V. El instrumento

Sobre las raíces tramadas por estas ideas, surge MIDIPoet. MIDIPoet es una aplicación desarrollada como proyecto final del Master en Artes Digitales de la Universitat Pompeu Fabra, en Barcelona. El software, diseñado para ser utilizado en PCs con Windows 95 o 98 está aún en fase de desarrollo; sin embargo, su funcionalidad actual ya permite la experimentación y creación de obras visuales interactivas. MIDIPoet permite manipular texto e imágenes en la pantalla del ordenador a partir de la recepción de mensajes MIDI. Brevemente, el protocolo MIDI es un sistema de mensajes basado en notas musicales, utilizado ampliamente dentro del ámbito de la música electrónica. Se ha elegido este protocolo gracias a dos características fundamentales:

  1. Rapidez: La velocidad con que se intercambian mensajes MIDI entre un dispositivo MIDI y un ordenador es bastante elevada, lo cual permite pensar en la interpretación de obras en tiempo real.
  2. Uso de sensores: Existen dispositivos, como el I-Cube, de Infusion Systems, o el AtoMic, de IRCAM, que permiten traducir el voltaje emitido por cualquier tipo de sensor en un mensaje MIDI.

El protocolo MIDI y el uso de sensores abren la posibilidad de involucrar al usuario de MIDIPoet a un nivel físico, ya que los diferentes tipos de sensores (luz, presión, temperatura, movimiento, sonido, etc.) permiten que cualquier acción medible físicamente tenga consecuencias inmediatas en la pantalla del ordenador.

Los sucesos que ocurren en pantalla en el momento de la interpretación de la obra se componen mediante un programa, llamado script. Estos sucesos son básicamente la aparición/desaparición y modificación de textos e imágenes en el ordenador, pudiendo controlarse diferentes parámetros de los mismos, tales como posición, color, contenido del texto o imagen a desplegar. Los sucesos pueden ser puntuales, es decir, ocurren una sola vez, ya sea en un tiempo determinado o como reacción a un mensaje MIDI, o cíclicos. Este último tipo de suceso es particularmente útil para generar movimientos continuos de elementos en pantalla, o para mostrar secuencias de imágenes como una animación.

VI. Campos de eventos

Conceptualmente, MIDIPoet es un instrumento, y los "scripts" son sus partituras. Para escribir dichas partituras se desarrolló un lenguaje específico, que permite crear campos de eventos. En 1962, Umberto Eco impartió una conferencia sobre arte programado, en la que hablaba sobre los campos de eventos y la composición de obras. Aquí está la cita: "... será posible programar campos de eventos con la pureza lineal de un programa matemático, en los cuales pueden ocurrir eventos aleatorios. Nos encontraremos frente a una dialéctica especial entre aleatoriedad y programa, entre las matemáticas y la probabilidad, entre la concepción planeada y la libre aceptación de lo que suceda, sin importar como suceda, ya que sucederá de acuerdo con líneas formativas precisas, que no niegan la espontaneidad, sino establecen conductas y direcciones posibles." (Umberto Eco, La definición del arte, Editorial Martínez Roca, Barcelona, 1972)

Los scripts de MIDIPoet son conjuntos de campos de eventos, que marcan las posibles conductas del texto y las imágenes que aparecerán en pantalla. Estas conductas pueden ser programadas de tal manera que correspondan a un gesto específico del usuario, o aleatorias. En este último caso, un gesto podría desencadenar alguna de las posibilidades contenidas dentro de un campo de eventos.

VII. Participación

MIDIPoet está pensado para ser un motor que recibe impulsos del mundo físico y produce respuestas visuales en la pantalla de un ordenador. Es un instrumento para modelar experiencias interactivas. Su espacio ideal de aplicación es el de las instalaciones interactivas, a las que el público puede acceder y obtener experiencias únicas, vinculadas estrechamente con el nivel y la naturaleza de su intervención. La estructura de la experiencia estará dada por el intercambio entre los gestos de la persona, impredecibles a priori, y las respuestas generadas por MIDIPoet, las cuales pueden valerse de operaciones aleatorias para dar una sensación de amplitud y profundidad, logrando que las experiencias sean únicas e irrepetibles. Estamos contemplando aquí una participación que genera un sistema de impulsos bastante complejo; queda en manos del compositor de la experiencia establecer que tan caótica será la interacción, pudiendo asignar operaciones aleatorias solamente para algunos elementos de la obra (colores, posiciones de objetos en pantalla, etc.) o para todos.

VIII. Conclusión: La experiencia interactiva y la aleatoriedad

Vivimos acostumbrados a obtener reacciones a nuestros impulsos. En ocasiones, lo que sucede como resultado de lo que hacemos nos parece sorprendente o contrario a lo que esperábamos; sin embargo, esperamos siempre alguna reacción mas o menos puntual. Esto es algo a tomar en cuenta al modelar una experiencia interactiva, sobre todo si se piensan usar elementos u operaciones aleatorias. Es muy fácil saturar de impulsos a una persona que, al entrar en el espacio de la experiencia y hacer algún gesto, obtiene como respuesta una verdadera avalancha de elementos visuales o sonoros aleatorios. También puede crearse un sentimiento de confusión (indeseable, siempre que éste no sea el propósito explícito de la experiencia) cuando existe un flujo constante de impulsos, y la persona no logra distinguir los elementos que constituyen la respuesta a sus gestos de entre los demás. En ambos casos, la interacción se ve empobrecida, sumergida bajo una marea de impulsos, y la aleatoriedad se convierte en una textura plana, incluso predecible y en general vacía de significado. MIDIPoet permitiría este "sobremodelamiento" de una experiencia interactiva, pero permitiría también crear modelos inteligibles, en los que a un gesto específico del participante (un movimiento, tocar algo, hablar, etc.) pueda corresponder una respuesta puntual, sin que por ello la respuesta deje de ser aleatoria. La voz de una persona, como si fuera el viento, podría hacer que se movieran aleatoriamente imágenes de mariposas en la pantalla. Al guardar silencio, las mariposas se quedarían quietas. Un modelo sencillo como éste, en el que los elementos se reducen al mínimo, podría ayudar a generar una experiencia cercana a la danza del participante con el fantasma de la aleatoriedad. La experiencia se focaliza en un punto donde la aleatoriedad se convierte en aliada de la tecnología e interlocutora del participante en la obra para representar y dar vida a una situación u objeto que antes no existía.

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